Estas variedades tradicionales suponen una riqueza inestimable, que unidas a los conocimientos que los campesinos tienen sobre sus ciclos y sus técnicas de cultivo, proporcionan un tesoro que debe ser conservado y mejorado para así poder garantizar la seguridad alimentaria, el equilibrio ecológico y la riqueza culinaria que a todos nos interesa. Hay que pensar que variedades que ahora no parecen útiles pueden serlo en cualquier momento futuro y que nuestro trabajo debe ir dirigido a evitar la simplificación de los ecosistemas agrarios, y su pérdida de estabilidad ecológica.Leer todo el artículo.
Fuente: Llavors d´ací.
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